Jorge Fandermole con Diego Barnabé hoy en la Hugo Balzo.

Integrante de aquella generación argentina que le aportó a la música argentina a Fito Páez y Juan Carlos Baglietto, es Jorge Fandermole. Y le dio alguna de sus canciones más emblemáticas como "Era en abril". Desde entonces, con un perfil más bajo pero una popularidad constante, Fandermole ha desarrollado una carrera como cantautor.

De esas y otras cosas hablará hoy con Diego Barnabé en la sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta (a las 21:00 con entradas a 600 pesos) dentro del ciclo Rueda en el que el periodista entrevista y el artista canta. Antes, Fandermole contestó, vía mail, unas preguntas de El País.

—Escuchando sus discos pensaba en la existencia de una canción argentina que es un género propio. ¿Se siente parte de esa tradición?

—Me siento parte de una diversidad que es la música de por acá, que abarca géneros y regiones diferentes, con sus especies y particularidades. Crecí entre el campo y la ciudad en una región sin tradición musical definida y recibí influencias muy distintas.

—El folclore es una presencia en su música. ¿Es la banda de sonido de su infancia?

—Sin duda; aprendí a tocar la guitarra con canciones del folclore del noroeste.

—¿Cuál es el poder de la canción para que, como muchas de las suyas, permanezca en el corazón de la gente?

—No tengo ninguna certeza respecto de esa virtud de ciertas canciones, esas ocurrencias son imprevisibles. Tendrán algo que las hace dialogar mejor con los sentimientos colectivos, que las pone más cerca de la sensibilidad de muchos al atender cuestiones comunes muy profundas. Pero no son atributos que pueda manejar a priori.

—¿Cómo es su vínculo con el público?

—En mi fuero íntimo agradezco siempre haber sido bien recibido, que creo que tiene que ver estrictamente con la canción y no porque sea encantador en el trato. Sé que no soy un fluido y buen conversador, así que espero siempre que sea el cantar lo que me conecte, y si logro despertar un momento de emoción me doy por cumplido.

—Pertenece a la trova rosarina. ¿Cuál es el secreto para que esa ciudad dé tantos artistas?

—A esta altura ya deberíamos haber diseñado una respuesta categórica y definitiva, aunque más no sea para instalar el mito, pero no lo hicimos. Suelo querer explicármelo por la escala que la ciudad tiene, por lo que permiten hacer sus distancias, su dinámica, incluso su cercanía-lejanía con Buenos Aires, y porque tiene una tradición, un universo simbólico que se realimenta.

—¿Cuál es la canción que mejor define a Rosario?

—No creo que haya una, puede ser desde la marcha de Rosario Central, el tango "Yuyo verde" o cualquiera de las canciones insignia de Fito Páez o Lito Nebbia.

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