Hubo rueda de alzas; peso argentino tuvo incremento del 0,6%.
La Bolsa porteña se acopló el viernes al brote optimista del resto de los mercados al resultar sorprendidos los analistas e inversores por un dato de creación de empleo en Estados Unidos (y de actualización de los salarios) más débil de lo esperado en agosto.
Esto los hace pensar que la Reserva Federal será más cauta a la hora de evaluar una nueva suba de la tasa de interés de referencia pudiendo incluso postergarla hasta el año que viene.
Esa decisión, que significaría además aplazar cualquier impulso extra al dólar (moneda que volvió al rango de mínimos previos a Trump), catapultó a los que estaban esperando decidir si comenzar a resguardase o reasumir riesgos, y disparó una rueda de alzas generalizadas en las bolsas y en los precios de bonos y monedas emergentes, lo que incluyó al peso argentino (+0,6%).
El aporte del clima externo en el nuevo récord nominal de la Bolsa porteña fue evidente: varios de los ajustes se dispararon por simple traslación de las mejoras del 2 y 3% que registraron en Nueva York (plaza que estará inactiva el lunes) los ADR locales más negociados allí. A eso se agregó el aporte de Petrobras Brasil (PBR), el papel de mejor desempeño en la semana, que se valorizó otro 3% el viernes ante el proceso de reformas estructurales que está llevando adelante, pese a su delicado equilibrio político, Brasil.
Esto ayudó al Merval a subir otro 0,44% para cerrar en un máximo de 23.693,82 unidades, tras haber batido un nuevo récord intradiario de 23.721,09 puntos, a pesar de que los montos negociados con papeles privados siguen siendo mediocres.
Las nuevas mejoras externas de los bonos de la deuda argentina, aunque menores esta vez, aportaron lo suyo para que la tasa de riesgo caiga de 393 a 387 puntos. [La Nación/ GDA]
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