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La soja exportada cada vez tiene más valor agregado

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El aporte de la Agricultura.

Informe de la consultora Deloitte indicó que este año aporta 1,8% del PIB.

Tras lidiar con un complicado escenario en las dos zafras anteriores, la soja uruguaya vuelve al ruedo al obtener cosecha récord. A esto se le suma que su notable desempeño generó importantes impactos en la economía uruguaya.

Su producción trepó a niveles históricos al situarse en casi 3,9 millones de toneladas y, en el primer semestre del año, la venta de este producto al exterior fue de 17% del total y se posicionó como la de mejor rendimiento al crecer 24% respecto al mismo período de 2016. De hecho, junto con la carne (17% del total) y la celulosa (13%), representó casi la mitad de las exportaciones de bienes.

Un nuevo informe de Deloitte precisó, además, que el cultivo generó un valor agregado de más de US$ 1.100 millones en este ciclo, equivalentes a 1,8% del Producto Interno Bruto (PIB), cuando en la zafra pasada fueron US$ 624 millones. Por cada US$ 100 que se exportan de soja, US$ 79 fue valor agregado en el país, según detalló el socio de la consultora Pablo Rosselli, en el marco de 6° Encuentro Nacional de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos. En la zafra anterior, el valor agregado por cada US$ 100 exportados era de US$ 71 y en la previa de US$ 68.

En este punto, Rosselli aseguró que en Uruguay se suele pensar que en el sector agropecuario hay poco valor agregado, porque lo confunden con la industrialización de una materia prima o con el contenido tecnológico de los productos. "La realidad es que a veces hay industrias en Uruguay que son tan dependientes de importar los componentes o los insumos que aunque el valor del producto es alto, el valor agregado es bajo", sostuvo. Y añadió que la soja es muy importante en la economía.

En base a una encuesta que realizó la consultora a operadores del sector entre junio y agosto de 2017, se concluyó que "con un fuerte incremento del valor bruto de producción, en la zafra 2016/2017 el sector oleaginoso generó impactos mucho mayores en la economía uruguaya".

Esto responde a la demanda de insumos y servicios agrícolas por más de US$ 450 millones, pagar rentas por US$ 135 millones y demandar servicios de transporte, acondicionamiento del grano y comercialización por unos US$ 190 millones, sostuvo la consultora.

Exportación.

Aunque aún no se ha exportado la totalidad del grano —falta comercializar alrededor del 10%— se estima que las ventas al exterior alcancen los US$ 1.340 millones en este ciclo, lo que significaría un incremento de 60% respecto al pasado.

En esta línea, Rosselli aseguró que la soja volverá a ubicarse en los bienes de mayor importancia de exportación y regresará el predominio del marcado trío —carne, celulosa y soja— de años anteriores.

Esto fue posible gracias a que en el período de la zafra (se planta en octubre y se levanta entre marzo y abril) se caracterizó por intensas lluvias, lo que ocasionó una fuerte recuperación en el rendimiento medio del cultivo de soja frente a la zafra pasada y haya logrado máximos históricos.

En este punto, el informe señaló que el rendimiento promedio fue de 55% superior a los niveles de la zafra previa y un 16% por encima del máximo anterior (campaña 2012/13), al superar los 3.000 kilos por hectárea.

Por su parte, "el área sembrada en la zafra 2016/17 se habría mantenido relativamente estable respecto del ciclo anterior, en torno a 1,27 millones de hectáreas. A su vez, si bien se retrajo respecto al ciclo previo, la participación del área de soja de primera siguió representando más del 70%", indicó.

Respecto a la mano de obra, durante los dos meses de cosecha se involucran 2.500 personas full time en el transporte de la producción de soja. Esto equivale a 430 trabajadores a tiempo completo en todo el año.

En lo que refiere a los trabajadores en el cultivo de cereales y oleaginoso (además de servicios relacionados), se precisó de más de 12.000 empleados para sostener la actividad. En concreto, 254 puestos en transporte, 4.974 en rurales y 6.986 en servicios, según cifras de la cosecha anterior. Con el récord de producción en la zafra 2016/17, este año se proyecta un aumento en la cantidad de trabajadores requeridos.

Costos.

A nivel de costos de chacra, subió 4% en la soja de primera en gran medida por el encarecimiento de la semilla (+54%). Sin embargo, la caída en los precios de los agroquímicos (-13%) y fertilizantes (-2%) funcionó como contrapeso. Mientras que la de segunda creció 11% con un incremento del precio del 88% en semillas y un descenso de 20% en fertilizantes. En adición, los costos poscosecha descendieron. Esto se da incluso considerando las mayores exigencias de prelimpieza. Para la soja de primera disminuyó 24% y para la de segunda 27%.

Proyecciones.

Para mayo de 2018 se prevé un aumento en el precio de la soja de 4%, lo que significaría que se comercialice a US$ 350 por tonelada (hoy está a US$ 340). Por otro lado, "se espera una corrección a la baja de los precios de la semilla que se sumarían a los menores costos poscosecha asociados a la caída esperable de los rindes en la zafra 2017/18", señaló la encuesta.

Aunque aún es incierta la próxima siembra de soja, desde Deloitte se estima que el área se mantenga "relativamente estable". Sin embargo, su socio adelantó que los rendimientos de la próxima zafra no serán tan buenos como estos.

"Un desafío para Uruguay es bajar costos. Todos los sectores exportadores van a tener que operar con márgenes más reducidos el año que viene, pero la soja tendrá una dificultad adicional porque la ecuación de la rotación con otros cultivos (como trigo y cebada), se verá afectada por la falta de rentabilidad de esas otras opciones", dijo Rosselli y añadió que "la rentabilidad del productor solo sale de la soja y las otras actividades tienen un resultado más apretado".

Más producción y mejor calidad de grano de soja.

Más allá del incremento de la producción de soja, aumentó también la calidad del oleaginoso. En esta línea, el porcentaje de grano dañado (por todo concepto) fue de 4,8%, cifra inferior al 8% aceptado como tope. En el litoral sur es donde se obtuvo una mejor cosecha con tan solo 3,9% de grano dañado mientras que el noreste del país fue la peor con 14%. La media de humedad que se detectó en este año fue de 13,7% (hasta 14% es el nivel permitido) mientras que en la cosecha pasada fue de 16,9%. En tanto, el porcentaje de grano que requirió secado fue 37,2% en esta zafra y 84,1% en la anterior. No obstante, todavía no alcanza la calidad de la campaña de 2014/2015 cuando la humedad fue de 11,7% y los granos que requirieron secado fueron apenas el 9,4% del total.

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