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"Un Mundial acá da la posibilidad de un gran negocio para ambos países"

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Expertise. Empresarios buscan aportar su conocimiento en gestión, dice Dovat.

Orlando Dovat, vicepresidente de Iniciativa 2030, desgrana los planes para co-organizar el torneo.

Ayer en el Centenario, las selecciones de Uruguay y Argentina se enfrentaron en busca de un cupo para jugar el Mundial de Fútbol en Rusia el año próximo. Pero con una mirada de largo plazo —la Copa del 2030— los dos países empiezan a imaginar una candidatura que los consagre al final como los anfitriones del máximo torneo de la FIFA. En ello, ya está trabajando un grupo de connotados empresarios de ambos lados del «charco», que desde el año pasado conforman la asociación civil Iniciativa 2030.

Su vicepresidente, Orlando Dovat, explica que este equipo busca «crear las condiciones» para que la idea de un Mundial en el Río de la Plata tome forma. En ese camino, los empresarios procuran sumar al proyecto desde su lado profesional. «¿Qué sabemos hacer los empresarios?: organizar los factores, la gente, el capital, y hacerlo productivo», argumentó.

El disparador para organizar el evento —además de homenajear los 100 años del primer Mundial (disputado en Uruguay)— es la «posibilidad interesantísima» que la Copa trae. «Creo que acá hay una gran posibilidad de negocio para ambos países, no para las empresas o empresarios en particular sino para las dos economías», afirmó Dovat.

El antecedente más reciente muestra que la organización del Mundial 2014 significó para la economía brasileña en el período 2010-2014 un impacto de ?US$ 63.000 millones, lo que equivale a un aumento de 2,17% del Producto Interno Bruto (PIB) total de 2010, según recoge el informe de Deloitte «Brasil 2014, una oportunidad para la región».

Preparar la cancha

Para Dovat, la cuestión de organizar un Mundial no pasa por si el país anfitrión es «pobre o rico», sino por lograr los apoyos institucionales necesarios, ver qué se está haciendo en el mundo, anticiparse a lo que vendrá y trabajar en el largo plazo para crear las condiciones óptimas.

Es necesario «imaginar lo que va a pasar en lo previo». Es como «cuando hablamos de una UPM», comparó Dovat. «Hay un empleo muchísimo más grande (al inicio) y después empieza una producción que ellos sabrán como aprovechar, pero que la mayoría de la población no va a ver claramente su efecto, (porque) se terminó el empleo masivo. Esto es un poco parecido. Entonces hay que imaginar los tiempos previos, el durante y el después. El proyecto hay que verlo desde el punto de vista de inversión en un período que va más allá de 2030», se explayó.

La infraestructura es un tema a atender, pero siempre pensando en que las obras «queden a favor de la sociedad uruguaya y no que mañana suceda lo que sucedió en Sudáfrica, que terminó demoliendo estadios» tras la Copa del Mundo 2010, comentó Dovat.

Desarrollar la hotelería e incluso hacer «retoques» al aeropuerto de Carrasco y las terminales portuarias son posibilidades en un escenario de futuro, dijo, a la vez que proyectó que para 2030 «muy probablemente» esté construido el puente Colonia-Buenos Aires.

El estudio de Deloitte señala que Brasil invirtió unos US$ 640 millones en rutas y autopistas, otros US$ 540 millones en aeropuertos, mientras que se dispusieron US$ 1.300 millones a ampliar y mejorar los servicios hoteleros.

La cercanía geográfica sería un valor diferencial para la designación de las sedes, estimó Dovat. En su opinión, Uruguay debería estar representado por Montevideo, Maldonado y Colonia, tres enclaves con un importante desarrollo de infraestructura y conectividad con Buenos Aires.

Quedaría por resolver qué país albergaría la apertura y cuál la final del campeonato. Para Dovat, sería mejor que Montevideo tuviera la inauguración porque es «más vista, se vende mucho mejor» que la final.

Mientras sigue recibiendo contactos de empresas interesadas en sumarse a la propuesta, el grupo busca apuntalar la iniciativa, por ejemplo, a través del trabajo de una consultora internacional que eventualmente fije «objetivos claros» a las asociaciones de fútbol y los gobiernos de los dos países.

Precisamente, los presidentes Tabaré Vázquez y Mauricio Macri lanzarán en octubre, junto al titular de la FIFA Gianni Infantino, la candidatura conjunta. Ese será el puntapié inicial y oficial para el sueño de la Copa 2030.

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