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El nuevo «conejillo de Indias» de Amazon

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Bezos. Para decidir qué hara Amazon, prefiere probar cosas y ver qué funciona. (Foto: EFE)

La compra de Whole Foods luce por ahora como una «pieza experimental» en su plan estratégico.

El acuerdo de compra que firmó Amazon para adquirir Whole Foods por US$ 13.400 millones generó muchas predicciones fantásticas. Se conjetura que Amazon podría usar cada tienda como un centro de distribución como plataforma de lanzamiento de drones, con pedidos ordenados por Alexa, el asistente de voz de la empresa, creando una experiencia de compra que aceleraría su plan para... apoderarse del mundo.

Todo esto luce plausible a futuro. Sin embargo, Jeff Bezos, fundador y director ejecutivo de Amazon, no pasa mucho tiempo prediciendo posibilidades futuras. Su estilo va más por concentrarse en cómo mejorar el presente de forma concreta. Es además un experimentalista comprometido; su principal forma de decidir qué debe hacer Amazon es probar cosas y ver qué funciona.

Por ello, Whole Foods parece ser una especie de «conejillo de Indias» para Amazon. La compañía seguramente no sabe todavía con exactitud cómo esta cadena encajará en sus planes a largo plazo. Se puede esperar que haga pocos cambios dramáticos en ella en un futuro próximo. Es de esperar que Bezos y su equipo pasen años analizando meticulosamente cómo funciona Whole Foods. Harán muchos experimentos y, cuando algo funciona, harán más de eso, luego más y más. En ese proceso, es probable que hagan cambios en grandes sectores de la economía que afectarán todo (desde el trabajo a la planificación urbana), de formas impredecibles.

«Creo que ven esto como una oportunidad para aprender», dijo Venky Harinarayan, un ejecutivo de Amazon que más tarde trabajó en Walmart, y que también dirigía una firma de capital riesgo en la que Bezos era un gran inversionista. «Es un experimento para todos. No sé si alguien ha descifrado aún cómo usar una tienda para atender a los clientes online a gran escala. Esa es la pieza experimental».

La compra de comestibles está tensionada. La experiencia en la tienda como los muchos intentos de entrega online, desde Webvan a Instacart hasta el servicio Amazon, no lograron crear el tipo de experiencia de compra fluida que se disfruta en el e-commerce no alimentario. De allí parece surgir el interés por Whole Foods.

Hacer las compras de alimentos insume mucho tiempo. Alrededor del 16% de los estadounidenses dedica casi una hora a ello cada fin de semana, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales.

Los supermercados también son muy intensivos en mano de obra, con márgenes bajos y una vergonzosa cantidad de desechos (10% del suministro de alimentos de EE.UU. se desperdicia en el retail, según el Departamento de Agricultura). Pero la entrega de comestibles online tampoco luce bien. El delivery tiende a ser caro y sigue siendo engorroso: hay que pedir con antelación, a menudo se tiene que lidiar con sustituciones de productos al último minuto, y el proceso aún es muy intensivo en mano de obra.

¿No es mucho gastar US$ 13.400 millones en solo un patio de recreo para probar muchas ideas? Amazon prefirió no responder a la consulta. Aún así, este gigante tecnológico ha tenido un enorme crecimiento en su valor de mercado en los últimos dos años. El acuerdo de Whole Foods representa menos del 3% de su capitalización de mercado (de US$ 470.000 millones). Visto así, Whole Foods es un conejillo bastante barato. (En base a The New York Times)

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Bezos. Para decidir qué hara Amazon, prefiere probar cosas y ver qué funciona. (Foto: EFE)

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