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Difícil que el chancho chifle

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Los dichos del Ministro son inaceptables; más todavía, cuando todo el gobierno es consciente de que ninguna de las reformas estructurales prometidas se han llevado a cabo debido a la acción de sindicatos y corporaciones que lo extorsionan y lo condicionan.

El dilema permanente es que el crecimiento depende de las reformas y los que más las proclaman son los que más entorpecen su implementación, como sucede con los gobiernos del Frente Amplio.

Por un lado, somos simples tomadores de decisiones y de precios en el mercado global, ya que nuestra expresión económica carece de toda incidencia, sobre todo, en estos tiempos, en que la globalización nos muestra a la economía china como la primera exportadora de bienes del mundo y la tercera exportadora de servicios.

Por otra parte esta tendencia repercute sobre nuestra región y en economías como la de nuestros vecinos; con el agregado de que sus crisis nos afectan seriamente tanto en la balanza comercial como en la de pagos, donde juegan rol central los ingresos del rubro turismo.

En este contexto la apertura económica es un proceso innegable como lo afirma el propio Ministro de Economía luego de que la historia ideológica de su pasado académico y político refleja un pensamiento totalmente contrario a lo que entiende hoy por este concepto; de tal magnitud que insiste en afirmar que proteccionismo sin reconversión es pobreza asegurada.

Sin embargo, la realidad no se compadece con el discurso, cuando el Ministro insiste en que la prioridad del equipo económico esta centrada en la modernización y especialización institucional, en el desarrollo de estímulos económicos y, fundamentalmente, en el orden macro-económico".

En primer lugar, porque la modernización de la economía a que hace referencia se restringe a la decisión de ajustarse a exigencias de la OCDE para verter más recaudación con el argumento de la transparencia. Y en cuanto a lo institucional, alcanza con comprobar la sobrevivencia de obsoletos monopolios públicos más el "Estadito paralelo" que crearon para escapar del control de legalidad con decenas de sociedades de derecho privado dentro de los Entes.

Esa "modernización "implica también el ingreso de más de 50.000 funcionarios públicos, cientos de contratos de particular confianza con sueldos astronómicos y negocios como los de Pluna y Ancap que motivaron la intervención y resultaron en los procesamientos del Presidente del BROU y del Ministro de Economía, entre otros actores.

En segundo lugar, los estímulos económicos que el Ministro resalta han tenido el efecto contrario. La pérdida de competitividad de la cadena productiva se expresa en el cierre de decenas de empresas del sector industrial: la voracidad fiscal ha impulsado una presión tributaria asfixiante sumada a una política tarifaria destinada a transferir recursos de las empresas públicas para financiar el descontrolado gasto público de los gobiernos del FA.

En tercer lugar, cuando el Ministro habla del orden macroeconómico nos dice que no puede haber "contradicciones entre la política cambiaria, la política fiscal y la política de ingresos". Pero a pesar de su esfuerzo dialéctico los resultados obtenidos demuestran todo lo contrario; ¿se puede hablar de orden con un déficit fiscal del 4%? ¿A qué orden se refiere cuando el gasto público no resiste la mínima evaluación de sus resultados? ¿Es ordenada una economía que día tras día se enfrenta al cierre de empresas y a un alarmante aumento de la desocupación? ¿Es ordenado el monto de la deuda externa que compromete a las nuevas generaciones? ¿Las dos reformas centrales que Vázquez y Mujica anunciaron al asumir sus mandatos alcanzaron resultados que puedan mostrarse como un nuevo orden? ¿Acaso el Estado y la Educación han tenido "transformaciones positivas" como dice el Ministro? ¿Existe orden macroeconómico cuando los sindicatos hacen paros, ocupan puestos de trabajo y cierran calles mientras el gobierno negocia la inversión más importante en la historia económica del país?

En resumen, el FA y el Gobierno saben que han llevado a la economía a enfrentarse a un "déficit fiscal" insostenible, a un nivel de deuda que no sabe de límites racionales y a un impresentable "atraso cambiario" que corona el ciclo de pérdida de competitividad del sector exportador reflejado en la caída general de las exportaciones en los últimos años.

En conclusión, los dichos del Ministro son inaceptables; más todavía, cuando todo el gobierno es consciente de que ninguna de las reformas estructurales prometidas se han llevado a cabo debido a la acción de sindicatos y corporaciones que lo extorsionan y lo condicionan.

El Frente Amplio y su gobierno deben rectificar el rumbo y ajustarse a la realidad. Pero lamentablemente, también en este caso, es aplicable el folklorismo del Sr. Mujica resumido en su dicho "difícil que el chancho chifle"!!

EDITORIAL

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