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Elecciones en Francia

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Si Macron gana, una generación pro europea, joven, nueva y con lustre, estaría así alcanzando el poder. Sus desafíos serán sin duda enormes. Europa y el mundo están atentos: Francia decide.

Francia elige el próximo domingo en primera vuelta a los dos candidatos que se enfrentarán en balotaje el próximo 7 de mayo para definir quién ocupará la Presidencia hasta 2022. A pesar de que en estos últimos años el peso relativo de Francia ha decaído a nivel mundial, sobre todo por el ascenso comparado de potencias asiáticas, lo cierto es que sigue siendo un país muy importante en la escena internacional.

En efecto, Francia es la sexta potencia mundial medida en PBI nominal; miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; principal potencia de la Unión Europea junto con Alemania, sobre todo con el nuevo escenario de la salida del Reino Unido; protagonista dentro de la organización internacional de la francofonía que designa a la comunidad de 900 millones de habitantes que usan el francés como lengua y de la que son miembros otros 48 Estados en el mundo; potencia nuclear aliada a Estados Unidos en la OTAN; principal referente económico, político, cultural y militar dentro del continente africano, sobre todo para varios países que la tuvieron como capital colonial hasta mediados del siglo XX; interlocutor privilegiado de países claves del norte de África y Oriente Medio, también por causa de sus importantes vínculos históricos; y finalmente, principal potencia marítima con presencia en lugares tan alejados de París como Oceanía, Medio Oriente o América.

Todas las encuestas de opinión plantean escenarios en los que la extrema derecha tendrá importante protagonismo el próximo domingo. En efecto, la candidatura de Marine Le Pen parece bien encaminada a poder pasar a la segunda vuelta. En este sentido no sería algo excepcional en la historia reciente de Francia: ya en 2002, el ex- presidente Jacques Chirac enfrentó en balotaje al padre de Marine, Jean Marie, quien sorprendió desplazando al candidato de izquierda de esa instancia electoral. Sin embargo, lo que sí parece hoy algo distinto y novedoso es el cada vez mayor peso que ha ido ganando el partido de Le Pen en la escena política francesa.

Con un corrimiento de su discurso en un sentido más local y nacionalista, pero conservando sus acentos xenófobos y contrarios a muchas de las políticas de la Unión Europea, Le Pen logró instalar su gramática de campaña en la escena política. Sus adversarios de izquierda y de derecha son así acusados de pactar con "el sistema" o de estar al servicio de grandes intereses económicos alejados de lo que los franceses precisan realmente. Su argumentación ha calado hondo, sobre todo entre los votantes de las clases populares que temen por las consecuencias de la globalización económica internacional: en este sentido, el discurso de Le Pen se parece mucho al de la reciente campaña de Trump en Estados Unidos.

Entre sus adversarios, el candidato de la derecha que parecía tener el camino balizado para alcanzar la Presidencia, François Fillon, se enredó en recientes acusaciones de corrupción y beneficio personal y familiar en sus actividades políticas, y fueron de una gravedad tal que parecen haberlo dejado fuera de competencia. El candidato socialista, Benoit Hamon, salió malherido de la elección interna de su partido y tampoco parece rival de peso contra Le Pen. Jean Luc Mélenchon, con su potente y aguerrido discurso de izquierda, viene ascendiendo en las encuestas y está siendo la sorpresa de la recta final de la campaña electoral. ¿Será él quien enfrente a Le Pen en el balotaje? Al día de hoy la sensación mayoritaria de los analistas es que no alcanzaría a federar tras él los apoyos suficientes como para pasar a la segunda vuelta.

Es así que el favorito para enfrentar a Le Pen es Emmanuel Macron, de solo 39 años. Estudió Ciencia Política donde se forman las más selectas elites francesas: en el Instituto de Estudios Políticos de París y en la Escuela Nacional de Administración. Fue socio luego en la Banca Rothschild, y en 2014 alcanzó a ser ministro de Economía del actual presidente Hollande. A pesar de ser criticado por izquierdas y por derechas en esta campaña, si finalmente llega a la segunda vuelta, lo más probable es que termine pudiendo aglutinar tras él distintos apoyos que lograrán llevarlo a la Presidencia, ya que al día de hoy no hay ningún estudio de opinión cualitativo o cuantitativo que avizore el triunfo de Le Pen en el balotaje.

Si Macron gana, una generación pro europea, joven, nueva y con lustre, estaría así alcanzando el poder. Sus desafíos serán sin duda enormes. Europa y el mundo están atentos: Francia decide.

EDITORIAL

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