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Las mentiras sobre el Fondes

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Casi la mitad del total de los préstamos aprobados por el Fondes en el gobierno de Mujica fueron para tres emprendimientoss. Estas empresas tenían fuertes vínculos políticos con el Frente Amplio en general y con el sector de Mujica en particular.

El Fondes se creó en septiembre de 2011 con una dirección de tres miembros: uno en representación del Presidente de la República, otro representando a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, y otro al Ministerio de Industria, Energía y Minería.

En teoría, su objetivo era respaldar proyectos productivos vinculados a sectores estratégicos que se definían como aquellas industrias que generaran valor agregado a las materias primas y que requirieran cierto nivel de desarrollo y un impulso desde el Estado para su concreción. También se planteó la posible asistencia a empresas autogestionadas, ya sea en la modalidad de cooperativas o ya sea en unidades productivas recuperadas por sus trabajadores, siempre que tuvieran un fuerte componente tecnológico.

La realidad fue muy distinta. Como surge de las actas del juzgado especializado en crimen organizado que investiga presuntas irregularidades en las concesiones de préstamos a empresas autogestionadas, entre 2012 y 2015 el Fondes entregó a cooperativas 50 millones de dólares. La gran mayoría de ellas se atrasaron en los pagos y las deudas fueron refinanciadas. Pero, ¿quiénes se beneficiaron concretamente de estos importantes fondos de dinero? Casi la mitad del total de los préstamos aprobados por el Fondes en el gobierno de Mujica fueron solamente para tres emprendimientos: Alas -U, Envidrio (ex Cristalerías del Uruguay) y la ex -Funsa.

En todos los casos, estas empresas tenían fuertes vínculos políticos con el Frente Amplio en general y con el sector de Mujica en particular. En Alas-U, se verificaba el formidable peso de los ex funcionarios sindicalizados de Pluna; en Envidrio, ocupó un lugar clave el actual diputado del MPP Daniel Placeres —que no concurrió a la sede judicial que investiga los negocios de "aire fresco" con Venezuela amparándose en sus fueros parlamentarios—; y el ex presidente de la Cooperativa de Trabajadores de Funsa fue Luis Romero, que ocupó el lugar de director nacional de trabajo en la administración Mujica.

En sede judicial, el ex director del Fondes Gabriel Frugoni explicó cómo funcionaba el fondo. Preguntado sobre qué puede considerar como pérdida y en qué casos entiende que no, la mano derecha de Mujica en el Fondes declaró: "Los casos que cerraron (por ejemplo Alas U) van a tener pérdida seguramente porque las garantías no van a cubrir la totalidad del préstamo. En el caso de Cotrapay (cooperativa de Paylana) esto podría no ser así por el caso del inmueble".

Justamente este caso de Cotrapay no es tan conocido pero ilustra bien la lógica del Fondes. En 2013, se le otorgó un préstamo de 3,6 millones de dólares. A menos de un año de haberse puesto en funcionamiento, solicitó un nuevo préstamo que le fue concedido en mayo de 2014. En diciembre de ese 2014, pidió otra ayuda más. Esta vez sí, adujo, "el 2015 será el año del despegue", entre otras cosas porque estaba produciendo con materias primas sintéticas con hilados que compraba en India y en China. A pesar de que no cumplía con la idea original del Fondes de agregar valor a materias primas nacionales, en enero de 2015 recibió 516.000 dólares más. Finalmente, para agosto de ese año, Cotrapay cerró por inviable y envió 170 trabajadores al seguro de paro.

Como para el caso más famoso de Alas-U, cualquiera que tuviera algo de sentido común se daba cuenta en 2013, 2014 y 2015 que Cotrapay no podía devolver el dinero que estaba pidiendo prestado porque no podía competir internacionalmente por falta de productividad y capacidad empresarial. El dinero otorgado a Cotrapay funcionó así como préstamos clientelistas irresponsables para compañeros frenteamplistas.

Frugoni como director del Fondes en su momento sabía (y sabe) perfectamente bien toda esa realidad. Sin embargo, también como en el caso de Alas- U, siguió otorgando fondos a Cotrapay durante 3 años y por un valor total que superaba ampliamente el dinero que se pudiera rescatar de la ejecución de la garantía inmueble. El problema es que Frugoni no podía no estar al tanto también de esto. Cuesta mucho creer que ahora no se dé cuenta de que este préstamo del Fondes era a pérdidas y que declare en sede judicial que "podría no ser así por el caso del inmueble", cuando es notorio que esa garantía no tiene, ni nunca tuvo, un valor superior a los 5 millones de dólares que fue aproximadamente el total de lo prestado a Cotrapay.

Se va destapando la olla del clientelismo y la corrupción del Fondes. Es bueno que se ponga nombre y apellido a los responsables.

EDITORIAL

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