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¿No se les cae una idea?

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En varios ámbitos aparecen propuestas concretas que demuestran que los partidos de oposición están activos y que hay un camino alternativo y sensato al actual rumbo fijado por el Frente Amplio.

Cunde la sensación de decepción con el actual gobierno del Frente Amplio. Sin embargo, muchas veces quienes aceptan esta realidad agregan inmediatamente que en los partidos de oposición no se ve una alternativa viable. Dicen que del otro lado del espectro político "no se les cae una idea".

Hay una explicación psicológica para esta visión tan pesimista de lo que ofrecen los partidos opositores. Se trata del concepto de disonancia cognitiva, que hace referencia a la tensión que existe entre el sistema de ideas o de creencias de una persona y la realidad a la que se ve confrontada. La teoría de Festinger señala que al producirse esa disonancia entre las ideas y la realidad, muchas veces la persona termina acomodando la realidad a sus ideas previas, de forma de evitar así enfrentarse a esa molesta disonancia.

Para el caso concreto de la coyuntura política actual, la idea extendida por la hegemonía cultural de la izquierda desde hace muchos años es que los mejores elencos para gobernar están en el Frente Amplio. Si por un lado las políticas del gobierno fracasan y por otro lado se verifican propuestas distintas y eficientes de alternativas posibles producidas desde los partidos de oposición, se genera una disonancia cognitiva: porque la realidad, a pesar de lo que la izquierda quiere hacer creer, es que hay buenos elencos prontos para gobernar en los partidos de oposición.

Para evitar esta disonancia es que se termina negando la existencia de las propuestas alternativas. Es más fácil afirmar que a la oposición "no se le cae una idea". Se evita así ver la realidad de frente.

Sin embargo, a pesar de que de esta forma se tranquilice el alma de izquierda de tanto analista, politólogo, comentarista afín al gobierno, o simplemente de tantos ciudadanos hoy decepcionados, lo cierto es que hay distintas propuestas alternativas y con énfasis diferentes. En efecto, en varios ámbitos, periódicamente, aparecen propuestas concretas que demuestran que los partidos de oposición están activos y que hay un camino alternativo y sensato al actual rumbo fijado por el Frente Amplio.

Por un lado, por ejemplo, están los proyectos de ley e iniciativas que han presentado los senadores Pablo Mieres y Pedro Bordaberry sobre distintos temas sustanciales del país: desde cambios que transparenten la vida política hasta mejoras institucionales para los entes autónomos, pasando por definiciones en sanciones penales o mejoras para la gestión administrativa, alcanza con echar un vistazo a la actividad del Senado y de sus comisiones para constatarlos.

Pero la cosa no queda ahí. El Partido Nacional también periódicamente presenta distintas iniciativas a través de sus sectores y de sus referentes políticos. No se trata solamente del control parlamentario a la gestión de gobierno, sino también de propuestas positivas que pueden cambiar el rumbo de la administración. Incluso hubo medidas que luego de presentadas y de haber sido ninguneadas por el oficialismo, han sido llevadas adelante por el gobierno de Vázquez.

Así por ejemplo, en marzo de este año el senador Lacalle Pou planteó al gobierno 20 medidas posibles. Entre ellas propuso realizar una auditoría externa independiente que permitiera saber cómo se estaban usando los recursos en el Ministerio de Desarrollo Social y qué resultados se estaban obteniendo; instalar dos IMAEs cardiológicos al norte del río Negro, financiando la operación mediante una reasignación de recursos financieros y humanos; descartar el proyecto de la regasificadora tal como estaba planteado y abandonarlo en el correr del semestre si no cambiaban las condiciones; diseñar y aprobar antes de fin de año, en consulta con los partidos de la oposición, un plan de reestructura de Ancap que evitara desastres como los ocurridos en estos años e hiciera posible a corto plazo una baja sostenida de los combustibles; destrabar la ejecución de obra pública a través de los proyectos de participación público-privada, y romper el ciclo de metas de inflación que no se cumplen.

La verdad es que desde marzo todas estas medidas fueron implementadas total o parcialmente, o aspiran a serlo prontamente, por la administración Vázquez. Quizá sea demasiado deducir con esto que la oposición le marca la agenda ejecutiva al gobierno. Pero también se convendrá en que con esto parece errado afirmar de que "a la oposición no se le cae una idea".

Las propuestas de la oposición seguramente deban mejorar su visibilidad. Pero es claro que existen. No hay peor ciego que el que no quiere verlas.

EDITORIAL

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