El Oscar a Film Extranjero, terror psicológico e historia más romance

20/05/2017, 05:00

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La película iraní El viajante navega entre la intriga y los dilemas morales. En Huye, un chico negro conoce a la familia de su novia blanca y algo empieza a andar mal. Y La promesa presenta un triángulo amoroso en medio del genocidio armenio

El viajante

Un edificio en peligro de derrumbe en Teherán obliga a una pareja a buscar un lugar donde vivir. Amed es profesor de Literatura y Rana ama de casa, por lo que el presupuesto no da para mucho. Un compañero de la obra de teatro en la que ambos trabajan les ofrece un apartamento que acaba de dejar una prostituta. Una noche Rana deja la puerta abierta creyendo que llega su marido, se va a duchar y se produce el hecho en torno al cual gira toda la historia. La mujer es atacada, pero ese momento no se muestra. Se desata así un escenario de silencios, incomodidades, broncas contenidas que mella la relación de pareja; Rana calla, Amed busca al culpable. El título de la película hace referencia a Muerte de un viajante, obra de Arthur Miller que la pareja está representando en teatro y de la cual se intercalan escenas como una forma de comentario de lo que está sucediendo en la vida real. Ashgar Farhadi ya ganó un Oscar a Película Extranjera por La separación y ahora se vuelve a llevar otro por El viajante repitiendo un estilo: una historia que se va construyendo en base a muchos detalles, sobre todo mostrando la cotidianidad de sus personajes (gran labor del elenco), algo que lleva su tiempo y justifica las más de dos horas del film. Y la presencia de un elemento de intriga que hace que el género thriller esté presente y colabore para mantener al espectador enganchado. Otro mérito del iraní es cómo logra que la empatía o rechazo por los personajes pueda cambiar en el correr de la historia y que el espectador quizás termine del lado de quien en un principio censuró su forma de actuar. Eso contribuye a que el final pueda resultar polémico y habilitar discusiones o interpretaciones post-película. Una historia que mantiene en tensión, envuelve y hasta molesta en varios pasajes. Provoca al público y allí radica su principal atractivo.

Huye

La relación de Chris y Rose es lo bastante seria como para que ella lo presente a su familia y allá van a pasar un fin de semana en casa de sus padres. El tema es que Chris es negro, dato que la chica no ha comunicado. De todas formas, la actitud de la familia es tan complaciente y abierta que sorprende al joven. No será la única sorpresa que recibirá en una casa con extraños empleados -una pareja de negros- en la que se celebrará una fiesta con invitados más extraños aún. Lo que sobrevuela todo el tiempo es el tema del racismo, desde el cual se darán las situaciones atemorizantes de un relato con suspenso y terror psicológico que avanza sin que se adivinen muchas de las cosas que ocurrirán, lo cual es buena cosa para un film de este género. Recomendable.

Una pareja interracial protagoniza una historia de terror psicológico.

La promesa

Corren los años 20, los últimos del Imperio Otomano. Un joven armenio de un pequeño pueblo se muda a Constantinopla para estudiar Medicina, algo que puede hacer gracias a la dote de su futura esposa. La promesa es volver y casarse. Pero en la ciudad se enamora de la profesora de las hijas del tío que lo aloja en su casa. Ella también está comprometida, con un periodista norteamericano. Se forma así un triángulo amoroso más típico de un culebrón que de un drama bélico en el que se intenta dar relevancia al genocidio armenio, nunca reconocido por Turquía a pesar de su magnitud (entre un millón y medio y dos millones de personas). La historia romántica, que tampoco consigue conmover ni convencer, tapa lo que podría haber sido una gran película histórica.