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Riqueza: cuidan el mar

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Foto: Pixabay

Varios países dan el primer paso para la creación de áreas marinas protegidas que salven a las especies vulnerables.

En 2018, se abrirán las negociaciones para crear áreas marinas protegidas, un tema que tiene alta importancia para la humanidad. Por el momento hay una parte pequeña pero en aumento del océano que está apartada a modo de reserva. La mayoría han sido designadas por países individuales, como la del mar de Ross; la más reciente es Marae Moana cerca de las islas Cook en el Pacífico.

Un tratado, si es que entra en vigor, podría apuntalar esos esfuerzos de reservas. Quienes abogan por el pacto quieren que el 30% de la altamar sea apartado como reserva, mientras que los objetivos de desarrollo de las Naciones Unidas -los cuales ya fueron avaladas por los países miembros- prevén proteger al menos 10% de las aguas internacionales. En la actualidad, hay diversidad de acuerdos regionales y leyes que rigen qué se permite hacer en las aguas internacionales.

Más de la mitad de los océanos del mundo no le pertenecen a nadie y eso los convierte en un blanco fácil para la explotación. Ahora, varios países han tomado el primer paso para proteger los recursos en altamar. A fines de julio, después de dos años de conversaciones, los diplomáticos de las Naciones Unidas recomendaron abrir las negociaciones para un tratado que busca crear áreas marinas protegidas en las aguas ubicadas más allá de las jurisdicciones nacionales.

Con eso, también se inició el debate sobre cuánto se debe proteger y cómo se aplicarán las reglas.

"En altamar está la mayor reserva de biodiversidad de todo el planeta", dijo Peter Thomson, embajador de Fiji y presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en una entrevista después de las negociaciones. "No podemos seguir sin reglas si nos preocupa proteger la biodiversidad y la vida marina".

Sin que exista un sistema internacional para regular toda la actividad humana en altamar, esas aguas internacionales son "zonas piratas", dijo Thomson.

Sin embargo, es muy probable que esas aspiraciones enfrenten varias escaramuzas diplomáticas. Algunos países se resisten a la creación de un órgano rector que regule las zonas de altamar pues argumentan que ya existen organizaciones regionales y reglas que son suficientes. Los intereses comerciales también resultan poderosos.

Así que las negociaciones deben lidiar con cuestiones clave. ¿Cómo serán elegidas las áreas protegidas? ¿Qué tanto de los océanos será identificado como santuario? ¿Se prohibirá toda la extracción de recursos marinos en esas reservas o se permitirá algo de actividad humana? ¿Cómo será vigilada la aplicación de las protecciones?

Varios países, en particular los que tienen acuerdos con vecinos marinos sobre qué se permite hacer en las aguas internacionales que comparten, quieren que los organismos regionales de pesca determinen las áreas marinas protegidas en altamar. Otros afirman que es insuficiente que haya un grupo de órganos regionales —usualmente dominados por naciones más poderosas— porque el único acuerdo al que tienden a llegar es sobre las mínimas restricciones.

Las negociaciones para el tratado empezarían en algún momento de 2018. La Asamblea General de la ONU, con 193 miembros, tomará la decisión.

Ya se avistan las dificultades diplomáticas; el año pasado, por ejemplo, quedaron evidenciadas tras la creación del área marina protegida más grande en aguas internacionales, en el mar de Ross.

Los países que pertenecen a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos acordaron designar una zona de 1,55 millones de kilómetros cuadrados en la que las actividades humanas, como la pesca, están restringidas.

Para lograrlo, tuvieron que trabajar durante meses para convencer a Moscú.

Las discusiones sobre las áreas protegidas también podrían significar una manera de resguardar las zonas contra los efectos más nocivos del cambio climático. Cada vez hay más evidencia de que establecer santuarios amplios y dejarlos intactos puede ayudar a los ecosistemas marinos y a las poblaciones costeras a lidiar con los efectos del cambio climático como el aumento de los niveles del mar, tormentas más intensas, cambios en la distribución de especies o la acidificación oceánica.

"Diversidad de normas impide frenar saqueoS"

La diversidad de normas ha permitido que las zonas de ultramar puedan ser blanco de los saqueos, en la visión de los conservacionistas. "Hace falta la coordinación para proteger y conservar la inmensa pero frágil biodiversidad", sostiene en un ensayo reciente, Elizabeth Wilson, directora de proyectos de Pew Charitable Trusts.

ESPECIES MARINAS

Situación 3. Especies de alto valor en el mundo

La pesca de altamar, que generalmente se hace con subsidios de los gobiernos, es una industria millonaria, sobre todo si se trata de especies de alto valor que se sirven en restaurantes lujosos en el mundo.

Situacion 1. Entre pesca y recursos minerales

Naves de Rusia y Noruega practican la pesca de krill en altamar, y las de China y Japón se dedican al atún. India y China exploran el lecho del mar, en aguas internacionales, en busca de minerales valiosos.

Situación 2. Algunos se resisten a nuevas reglas

Muchos países no quieren adoptar reglas nuevas porque consideran que afectarán sus proyectos y propósitos en los mares. Por ello, las negociaciones que comenzarán en 2018 tienen perspectiva compleja.

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Foto: Pixabay

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